Verano ya me voy.
Esperé en vano
tus horas dulces.
El ficus se mece distraído
en el viento,
siempre envuelto
en empecinado silencio.
Verano amargo,
tu fuego enciende
los rincones más ocultos.
Y un sedoso brillo
has plasmado
en esta hora de letargo.
Verano ya te alejas.
Cada noche en el frío de mis pasos
siento tu lenta despedida,
y no me has otorgado
ni un poco de tu luz
para mi abierta herida.
Verano ya me voy.
El invierno te llama
para mecerte
en sus rodillas.
Para acunarte
con voz de arrullo
y así apagar tu breve vida
con gélidos besos de adiós.
Verano ya me voy.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario:
\"Ciento cincuenta poemas del alma\"
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