Inexorablemente te instalaste en mi.
La resistencia que puse no fue suficiente.
Desenbarcaste soslayadamente
y cómodamente te quedaste aquí
Como te expulso si no tengo fuerzas.
No quiero ser invadido así
Me hubieras avisado,para estar alerta.
tal vez esta puerta se abría para ti.
Secuestraste mi voluntad y hoy ya no sé.
En que lugar mi sentimiento pongo
Sucedió al fin lo que sospeche
caí en el síndrome de Estocolmo.
Rendido,a gusto y sometido
disfrutando de mi cautiverio
Hoy agradezco que hayas irrumpido ..
Sin permiso,en mi triste monasterio.
Juan.R