Se olvidó el aire
que respirabas
se olvidó la daga
de qué color era tu sangre
se olvidó la canción
que podías pronunciarla
se olvidó el tiempo
que tú también sabías sanar
Se olvidó la tierra
que la pisabas
se olvidó la estrella
que brillabas
se olvidó el fuego
que el calor de tu alma lo quemaba
Me olvidé de tu tacto
me olvidé de tu sonrisa
me olvidé del sabor de tus beso
pero me lo volviste a recordar