Te encuentro en las palabras
que no se pronunciaron
en las miradas que nunca se cruzaron
y en esos besos que no pudieron ser.
En la semilla que nunca germinó
miles de nombres que nunca se nombraron.
Te encuentro en los caminos,
a los que no llegamos
y en aquella despedida que no fue
junto a ese beso que no pudimos darnos
milagro del amor que no dejaste ser
Te encuentro en la tortura inescrutable
del desaliento de la eternidad
en la angustia opresora y oprimida
y en la ansiedad que no me da la paz.
Te encuentro en la memoria de los tiempos
en esa soledad de ayeres desterrados
vacíos de mañanas, futuros y tal vez
en la oscuridad, sin noches y sin cielos
en la inmensidad de mis ojos sin reflejo
y en la música, cuando ya no habla
y en las palabras, cuando no resuenan
en mi voz cuando se muda y calla
y en mi loca locura de mujer.
A.E.C