Somos dos cuerpos extraños
Exhaustos, propagando
un obsceno, e hiriente frío.
Cuatro manos, tirando hacia,
distintos puntos cardinales
Un par de corazónes
donde reina, un extenuante silencio
abonando,
Y haciendo crecer,
un frondoso pasto negro.
Que alimenta soledades.
Somos dos almas y una pena
Fue una larga y dura condena
Brindo por los momentos de tregua
Que los hubo y no los niego.
Mas presiento vivamente, que estoy,
y estaré, encantada de librarte de mi.