Suelo observarte cada mañana,
parado en la puerta
mientras tocas el piano
de la manera que tu sabes hacerlo,
con esas manos de ángel,
con ese amor incondicional a lo que haces.
Me haces sonreír,
y tener esperanza cada día que pasa.
Llego por tu espalda;
mi acción te dio un susto enorme
pero aun así te alegras por mis abrazos.
Ese perfume de cada mañana;
el aroma de nuestro jardín en ti
embriaga mi ser mientras las melodías
emergen y fluyen de ti.
La luz de la ventana te ilumina;
tu cabello resplandece con cada pétalo de luz
y en esos ojos azules de los cuales me ahogué de amor,
siguen siendo los mismos de hace 17 años
con esa pureza, con esa delicadeza,
de esencia tan transparente me enamoré.
Y el piano sigue sonando, tu sigues sonriendo
y yo sigo abrazándote,
como siempre y eternamente.
Me siento a tu lado, la banca es totalmente grande,
tu me miras y dices; \"sigues despeinado, como todas las mañanas\".
Nunca fui tan afecto a mirarme en el espejo además de ser sábado.
Eso no importa en estos momentos...
Es imposible no mirarte fijamente,
tanto que mis dedos no coordinan con los tuyos.
¿Cuanta vida se me fue mirándote y después de 17 años aquí sigo,
embriagándome de ti?
No me importa, nunca me va a importar si se trata de ti.
Tus besos siempre han sido especiales para mi,
quizá habrán sido más de 1000 en todo este tiempo ¿Quién sabe?
pero cada uno de esos mil son como el primero,
tan suaves y delicados a la vez,
frágiles como un sueño pero fuertes como el hierro.
Sencillamente te veo como alguien hermosamente única,
inteligente y humanamente amable,
nadie como tú en esta vida.
nadie como tú en mi vida.
Recuerdo la primera vez que juré por este amor,
mientras me alegras la mañana con tus jugueteos y sonrisas.
Ni yo mismo creía que podía enamorarme tanto por alguien,
darlo todo, sentirlo todo, amarlo todo, desearlo todo...
Nunca lo pensé ya que mi cabeza es terriblemente dispersa,
pero aun así el hombre mas volátil se enfocaría por ti,
dejaría todo por ti, y tuve suerte, lo admito.
Siempre me ha gustado ese humor ego-sarcástico sobre mí,
pero hacer eso esta vez seria un sacrilegio,
esta vida contigo es seria y pienso respetarlo.
Mi corazón palpita a mil siempre a tu lado,
como esas veces donde caminábamos por el parque
tomados de las manos, o cuando sin hablar reíamos de la nada.
Incluso ahora que estamos juntos después de tanto tiempo,
sigues provocando lo mismo de aquellos días.
Te ves tan preciosa con ese vestido,
nunca te gustó mi elección pero aun así te lo pones,
aun así me sonríes como si nada;
y después me preguntas el porqué elegí quedarme contigo
como si esa respuesta fuese la más difícil del universo.
Creo que una de las cosas que amé desde el principio
era esa sencillez humana de no idealizar tu persona,
de no ser esa diosa que el hombre enamorado piensa que eres,
si no que siempre trataste de ser la mujer perfecta
para un hombre enamorado de ti.
Me enamoré de algo real y no de una ilusión hermosa pero vacía de ti,
que con los meses o años quizá se desvanecería.
Siempre he pensado que las mujeres tienen un ojo perfecto
para saber qué cosas son correctas o que personas son buenas,
algo casi místico, o puede que sea una intuición;
Así que nunca tuviste que indagar sobre mí porque desde el primer día
siempre fui lo que ves hoy, una mañana de sábado después de 17 años.
Nuestro camino nunca fue perfecto, nada es perfecto y ambos lo sabemos bien.
Sufrí cuando te fuiste la primera vez. Sufriste cuando tuve ese accidente,
y aun así estuviste 8 meses a mi lado en el hospital.
Recuerdo esa vez que te caíste de tus paseos en bicicleta,
esa fractura fue terrible y ahí estuve, cuidándote de todo.
Cuando tu madre murió, o cuando fui despedido del trabajo de mi vida
¿Que fue lo que encontramos?
Un calor, amor y comprensión, nos tenemos el uno al otro,
sin retóricas, sin ilusiones, solo como nosotros nos conocimos,
como decidimos ser cuando nos comprometimos.
Nunca confundiste tus derechos con el amor
porque siempre los tuviste conmigo y siempre los tendrás.
Y sigues tocando el piano como si nada,
y sigo mirándote como el primer día de primavera,
sigo pensando y pensando,
se nos irá la juventud,
nuestra piel envejecerá,
nuestro pelo se teñirá de plata y escarcha,
pero no me importará si ese piano sigue sonando
y tú sigues tocándolo cada mañana con esa sonrisa
que me enamoró de corazón y alma.
A n g e l a C a v a l c a n t i