Tu mirada es una espada
que alguna vez emuló
a la caricia de un petálo.
Tus lágrimas se convirtieron en mar
y yo un naúfrago de esas aguas
pues no pude graduarme de marinero.
Tu ausencia es un eco
que deambula como fantasma
que me hace reclamarle al destino
esta distancia descomunal.
Hay un lamento
que hace epicentro desde mi entraña
e intenta recrear a un posible pasado
pero luego
las veredas de ese destino
me restregan:
\"que el hubiera no existe\".