Deja que amaine la lluvia…
Esta soledad hoy es más oscura y más terrible,
llueve y ese ruido del agua cayendo sobre los techos,
hace más angustiantes mi tristeza y mis amarguras.
Mi invierno ya lleva muchas estaciones,
quiero escapar, huir, pero la puerta a esta libertad,
es tan inalcanzable como la linea del horizonte.
Siento que no podré resistir, presiento un final,
no sé cual, no sé de qué, pero quizá sea necesario,
será la ingratitud de aquellos que algún día se suplieron de mí.
Nunca esperé agradecimiento alguno, pero mucho menos
un ataque letal a mi ser espiritual, quieren destruirme
y lo van logrando, la ambición, el egoísmo, la soberbia,
se vienen contra mí y yo no quiero defenderme,
no puedo irme contra quien algún día, dijo amarme y se fue,
el tiempo y la justicia que le da el destino, a cada uno,
será el inexorable juez que diga quien tuvo la razón.
Me alejé de ti, para no contaminarte de mis problemas,
pero me duele tu ausencia, mi café es más amargo aún
faltan tus ojos mirándome extasiados cada mañana,
sé que cualquier precio es poco por tu felicidad
y eso fue lo que te prometí, aquella tarde cuando…
apareciste en mi vida y solo con un: Hola…
supimos que ya no volveríamos a separarnos jamás.
Olvidaremos el pasado, el irremediable pasado…
prometimos mirándonos a los ojos... solo habrá presente,
porque ni con el futuro podremos contar, por impredecible.
Hemos tocado los sublimes límites de la felicidad,
con tus besos y caricias, me has transportado a
cielos inimaginables, solo posibles para enamorados.
Quiero habitar contigo por siempre en esos parajes,
necesito de ti, de todo lo que me sabes dar día a día,
deja que amaine la lluvia y viviremos el nuevo sol.
Ron Alphonso
16 de junio de 2018