No despierto solo en esta habitación tenue
si en las partículas del aire, acallado y divergente
se adivina tu presencia cálida y ansiada.
No camino en solitario por los senderos diversos
si tus pasos ausentes cobran forma en cada accidente de la tierra.
No está esta playa deshabitada de ti, si miro en el sinfin del horizonte
y tu rostro sonrie entre lineas de nubes, saturado de luz.
No es solo mi voz la que flota en el éter cuando la noche descansa
si tus tonos y susurros me envuelven sigilosos, ecos de la memoria.
no hay un vacio implicito en la libación exquisita de este añejo vino
si sus gloriosos efluvios te convocan absolutamente
no hay carencia de ti entre las notas dolientes de este adagio
si está invocada tu mirada circunspecta.
Estás, siempre, aunque no estés.