¡MI PROPIO FUNERAL!
¡NO TE TEMO VIEJA PARCA!
No pude llorar mi propio funeral
porque las lágrimas se cristalizaron
adornando al parénquima
formando finas cuentas
que al interior lucían cual diminutas perlas.
Esos sueños dejaron de ser míos
porque fueron convertidos en fantasmas
y ahora, en este momento, empiezan
a surgir nuevas ilusiones.
Depende de mí, sin ninguna excusa,
hacerlas realidad o permitirle al tiempo
que me sirva de cementerio
para mis aspiraciones.
Lejos de mí los sepultureros ¡Triunfaré!
Tu vientre me entregaste
cual primigenia cuna
en ella hallé el calor
también el alimento
por eso gracias madre
te doy en estos versos
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino