Santiago Miranda

Contrapoema para Ruffinelli

 

Porque creíste que todos te mirábamos
Las tetas a escondidas si el azar nos permitía
Aquello sacándonos de la dilapidación rigurosa
Del tiempo que por su acumulación ignota
Solicita periódicamente absurdos sacrificios
/el azar Borgueano o el deseo de Bertoni /
Del centro de la pelota o el mundo, que era el juego
De las cartas coleccionables o las amables
Computadoras hacia afuera de la periferia de la imagen

Y si efectivamente nos tocamos viendo - así fue-
El canal porno distorsionado o algún desnudo
Artístico en el diario que cursó la censura (por el azar  
De nuevo) en una época que difícilmente se comprende
Lo que es el arte o el desnuda, una edad
De la cual no siempre se sale y conlleva reminiscencias
Insospechadas /porque era necesario adentrarse
En el cuerpo de lo desconocido, aquel
Que tu bien conoces; el del placer
Oscuro y jamás brillante; no comprensivo/

¿Por qué creíste que te mirábamos a ti
Exclusivamente a ti viendo la nada
Desde el todo o el todo desde sus partes
En tu creencia desde TUS partes?
Y que va claro que nos llama
La atención un par de tetas, pero no
Le ponemos nombre como tampoco
A tu necesidad de llamarnos machitos
Y meternos en el mismo saco - o lugar común -
Donde se golpean los gatos rabiosos hasta morir