(I)
LA AURORA DE SU LABIO
La vida...
se anuncia de te quieros,
en campos...
heridos de agonía,
de hielo...
la aurora de su labio,
se alienta...
de exigua melodía,
y en la gardenia
licuada
y sin espina...
mi alma se impele
de cariño,
desnuda...
en la copa de su boca,
se anuda...
en la rosa
en que se mira.
(II)
OTOÑO GRIS...
Y caen...
las amarillentas hojas,
de un otoño...
frío y gris,
mientras las alamedas
y los sauces...
lloran distantes,
entre ponientes...
desnudados de miseria
por extraños versos
de Verlaine.
Y las antiguas
abadías adornadas
por rosas caducifolias
se deshacen huecas,
en su irreverente
laxitud...
por una vida que no yerra,
en el antojo
inexcusado
del vacío.