He decidido ocultarte de ti mismo para mantener vivo el enredo de una y mil estrofas flotantes en mi conciencia.
Te encerraré entre versos y resaltarás en lo más alto de mis letras; te mantendré aparte, separado del resto que ya ha sido descubierto. Porque me es necesario, y es la única dirección que guiará mi sentir.
Perdóname, pero ya no debo dejar que me leas, por qué mis letras caen ante el frío silencio qué hay a mi alrededor.
Esta noche al dirigirme hacia el norte, se terminarán las palabras en la punta de tu lengua, se habrán muerto las esperanzas de respuestas incógnitas y la sensación de... “escribir solo un montón de palabras”, ya no navegará en mi memoria.
Perdóname de nuevo, pero es sentido de supervivencia; no quiero que una simple y física corriente de mar exprese mi amor. Necesito que la corriente del aire también pueda ser vista y no solo puedas sentirla.
Porque al final ambas se complementan y sin aire yo dejo de ser.