Gritos, manotazos,
muecas, groserías
sonrisa triunfal
altivo y soberbio,
piensas que has ganado
el juego banal
de imponer un juicio.
Esto no es un juego
es la vida misma,
yo te dejo hacer
todos tus berrinches,
no quieres ni ver
que solo te exhibes.
Miras en los otros
todos los defectos,
quién crees que tú eres:
¿Modesto y perfecto?
Para ti el rasero
es tu insensatez.
Ciego, sordo y mudo
vas tú por la vida,
humillando a todos,
desdeñando aquello
que tú no comprendes.
Te vistes de odio,
siempre aparentando
ser benefactor
y humana persona.
Yo te he amado tanto,
perdonando todo,
pero no valoras
un amor sincero.
Vuelvo yo a mi vida
taciturna y sola,
regreso a mi paz,
añorando siempre
el sueño fugaz
que forje de ti.
Sigue tu camino
como lo hago yo.
Tal vez caminando
encontremos ambos
ventura y destino.
Hoy yo te deseo
que seas feliz
y que nunca encuentres
alguien en tu vida,
como te encontré
yo a tí en la mía.
¿Sabes?
Te perdono
Porque es necesario
conocer el mal,
para apreciar
la paz y bondad.
De un ángel caído
aprendemos todos
que lo malo abunda.
y es un privilegio
no dañar a otro.