En las umbrías desoladas te internaste
ahí paladeaste la esencia del sacro licor
momento de placer, hondo embriagador
de tu cuerpo las impacientes ansias arreaste.
Crisolaste mis muslos que se abrieron
cayendo vencidos así como cae la tarde
anhelos, apetito, deseo y antojo se unieron
excitadas palomas ya resbalaban por mi torso.
Henchida de placer se abrió la rosa glamorosa
dando la bienvenida al órgano goloso, belicoso
musculoso penetró resbalando hasta lo recóndito
ahí dio inició la danza, ritual de placer deliciosa.
Turbados nuestros cuerpos entre jadeantes suspiros
se tornaron uno solo y una misma sangre flameo
aquella tarde de abril que te perdiste entre mis muslos
expulsando en la flor la bendita simiente, la rosa ardió.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
México.
Arte de Aydemir Saidov.