Tengo un amor de cien años perdidos;
tengo un amor en el concierto del olvido;
tengo un amor frío mordido;
tengo un amor sin nombre ni apellidos.
En la iglesia de Dante no hay forajidos
ni nada parecido,
sólo mal amores y corazón herido
que sólo se curará con palabras de amor en los oídos.
La tumba de Beatrice me da la bienvenida,
y lloro, lloro por un amor sin beneficio,
tan sólo mi vida en una guarida.
Infierno por un amor ficticio,
divina comedia suicida:
¿¡¡cuánto durará este suplicio!!?