Intento hallar una salida,
la puerta por la que entré parece haber desaparecido.
Y todo aquello que creí conocer
es ahora un lamento.
Lamento que acaba cuando dejo abrir mi corazón,
La Caja de Pandora absorbe nuevamente las lágrimas derramadas
y con un golpe que hace eco,
se cierra repentinamente.
Me acerco a ella, empapada,
y llevo la llave de mi corazón en mi mano izquierda,
mientras que con la derecha,
abro la caja musical una vez más.
Mariposas revolotean y susurran mis sueños,
sueños que he recuperado.
Deposito la llave de plata envejecida dentro,
para entregarte la caja musical a ti.
Me miras y la abres,
mientras que los acordes de nuestra canción suenan
y la bailarina hace lo suyo,
vestida con un tutú de oro rosa.
Sacas la llave con incrustaciones de amatista
y la caja que antes era roja sangre,
ahora es rosa,
como mi vestido.
Y bailamos mientras Andrómeda nos observa,
y cantamos nuestra canción mientras Pavarotti ríe,
y saltamos hasta tocar las estrellas,
y nos miramos con una sonrisa en los ojos.
Y las mariposas susurran mis sueños
y no hay más lágrimas por derramar,
y soy feliz con lo que veo,
y soy feliz frente a este espejo.