Sentado contemplo la brisa que cobija
mis delgados brazos y mis piernas endebles
inhalo el aire del pasado y tras una melancólica sonrisa
se lo devuelvo al futuro
No le tengo miedo al fracaso
le tengo miedo a la soledad
fantasma que abunda entre mi ser
su fúnebre caricia me hace estremecer
¡Detente! que tú y yo aún no somos amigos
mil aventuras por vivir
cien caricias por dar
algunos te quiero que decir
y quizás una persona a quien amar
no, no puedo ser tu amigo
Si la fuerza suprema teje entre sus enramadas manías
mil caminos y todos hacia ti
si el destino no deja de leer aquel libro
en el que todo está escrito
entonces, solo entonces, te saludo
Pero no te aferres a mí soledad sombía
apagas luces de sonrisas olvidadas
por un mundo al que invitaste unos tragos más vacíos
que la misma soledad
Yo no soy como ellos
soy susceptible a una mirada
a una sonrisa
y si quieres que sea tu amigo
mejor preséntame al tuyo
que es la muerte