(I)
No he cometido grandes fallos
en mi vida,
pero Dios mío... qué enorme precio
me hicieron pagar siempre por ellos.
(II)
Nada hay debajo
de un nogal...
que un cielo estrellado
pueda ocultar,
nada se eleva
en su desdicha...
hasta siquiera desmentir,
el ocaso de su duda.