Verano Brisas

VOLTAIRE

La fuente de su ingenio chispeante

brotó a raudales los primeros años

como río sin fin, hacia el futuro.

 

En medio del latín y la retórica

comenzó a saborear desde temprano

el diálogo, la epopeya y la tragedia.

 

Al filo de la oscura intolerancia

lo atrapó La Bastilla,

moldeando sus primeros versos.

 

Tuvo un trato demasiado familiar

con algunos monarcas y princesas

que quisieron alejarlo de París.

 

En Suiza decidió pulir sus obras

para gozo de los siglos que llegaban,

y volviendo a su tierra consiguió

lo que tantos artistas no alcanzaron:

Alumbrar el pensamiento de los hombres

como un Sol sin ocaso.