. A María Rosario.
Tú tienes dos corazones: el tuyo y el mío; y, yo tengo dos corazones: el mío y el tuyo, amalgamados, alquímicos; milagros del amor; la espera, la constancia del amor; la ola de tus ojos; los huracanes caseros y la quietud del mar; la derrota del tiempo y la entropía.