Eufrosine, Talia y Áglae,
las tres vienen a mí,
allá en la playa de Nerga, lo confieso, lo viví.
Las tres lucían sombreros de urdimbre muy dispar,
el de Eufrosine era azul, hacía juego con el mar,
el de Talia la más alta, el más bello, color fruta sin cortar,
el de Aglae era verde, como esmeralda sus ojos,
color árboles del bosque,
que deslindan al final.
Oh hijas de Zeus y Eurinome,
(¿Quién sino dioses conciben, tres bellezas sin igual?)
Os pintó Rafaél hace tiempo,
¿que hacéis a orillas del mar?
Se acercaban jugando, riendo,
con cuitas secretas al mar,
mostraban sus desnudos cuerpos
en su magnificencia al andar,
por aquella playa desierta,
por aquella playa sin par.
Ha poco adolescencia dejaron
que disfrute en el mirar,
no son las de Rubens claro,
lo serán quince años más.
Hechizo, Alegría y Belleza, pasaron cerca de mí,
me volví a observarlas, tan hermosas nunca vi.
Hoy voy a la playa de Nerga, en la Galicia, al final,
buscando verlas de nuevo
buscando su alegre mirar
buscando la juventud perdida,
buscando verlas pasar...
Dante Lucrecio