\"...tome un lienzo, al azar, pálido o rojo,
y, al teñirlo con sangre el iracundo
verá cambiarse el mísero despojo
en un trapo que asombre a todo el mundo\".
Pachín Marín
Un sol de mayo era necesario
como un corazón de reciente libertad.
Un vestido de la virgen y sus apariciones
para que fuera el espíritu de la batalla.
Los cielos descienden en los ojos de las luchas
de las que nos debemos
su verdad.
Poco a poco -sin luz-
fuimos conociendo el mundo
a la manera de una patria
bajo el signo de una escarapela.
Y luego supimos- los de antes-
que era el máximo tesoro su vestidura.
Don Manuel dijo es libertad
-nos hará diferentes-
Nos distingue en los campos de la noche
y aun en los sueños,
su rosario de cuarzos
sube al mástil y serpentea
para impregnar de orgullo
la última visión de nuestras hojas.
Por qué-crueles desmemoriados-
exploramos entonces la vida, como ciegos.
Si, allí,
grabada a fuego,
la encontramos en la conciencia misma
del deber cotidiano.
Ella es del mismo oxígeno que se dio a pulmones
a la orilla de un río, bajo juramentos de vida.
Por las calles de hoy,
se encuentra helada de soledad en los patios,
cuelga de miedo en los balcones.
Ella es la moneda, la música,
el ritmo de la danza, la condición
y el árbol argentino más vasto de frutos.
Ella ha suspirado la patria en todos
y con todos los sentidos.
Ella, tiene el aroma de las selvas, del lino,
del témpano y el volcán.
Jurémosla toda la vida.
Pongamos arenas de mayo y cielo
en el reloj que nos acusa.
Y a usted- Don Manuel-
por estar desnudo en el amor,
la enfermedad, la pobreza y el sueño,
sea su alianza, su hostia extrema
su unción y alimento.
Y caminaron abrazados
hasta que el hombre
más azul del mundo
Se detuvo.
Que de tristeza no hay
héroes
capaces de tomarla.
Sandra López Paz, del libro Americania, el fuego del árbol (2018)
(Homenaje al Día de la Bandera y su creador, Don Manuel Belgrano)