Tu. (Así, sin acento)
Creo que no es imposible que me deje el dolor.
Que tu fantasma y tu holograma me liberen para que así se quiebren en miles de filosos pedazos los espejismos, las visiones de hubieras y de tardes de llanto en pleno verano.
Estoy optimista y suele durar poco, pero espero no sea imposible, pues aquí en la llaga de tu ausencia, que me toco casi todos los días, siento en carne viva tu cuerpo y tu tacto.
Y me pesa más tu hermosura y el sonido de tu risa, más aún que cuando en tus ojos pequeñito me veía.