En mi retina,tengo tu figura con las niñas,
en mi cabeza entra la soledad y la tristeza,
ya no me hago preguntas,
mi destino esta marcado,
no puedo aceptar mi vida,
quizás puedo cambiarla,
lanzo un quejido al aire,
pero la respuesta se evapora,
el tiempo no existe para mi,
solo soy un vago sentimiento.
Una tormenta me ordena y desordena,
oigo unas palabras extrañas,
quizás es tu voz en mi locura,
quizás me indiques un camino,
y de nuevo …
vuelvo a ser una persona sola,
y el tiempo me acoge y me despide,
entro en mi interior y me asusto,
salgo y recapacito,
¡no¡ sin tus llamadas ¡no¡ sin ti.
Necesito tu tierna mirada,
tus manos caídas llevando la maleta,
tus niñas detrás andando a la vida,
tus oídos pendientes de mi llamada,
tu sonrisa mirando mis ojos,
tu fuerza entrando en el “hogar”
tu energía desprendida a los demás,
tus broncas exigiendo bondad,
fuiste la primera luchadora del país,
la única humana entre voceros,
la que te desprendiste de la mentira,
de la falsedad mal interpretada,
de la primera mujer,
marcando el camino fijo,
tu fuiste la mujer del puño cerrado.
P.M Pedro Monroy Gemio