Padre nuestro es el dinero,
acumulado sea
en nuestro nombre.
Que nos dé el reino,
dejándonos hacer
nuestra voluntad en la tierra,
aunque no se quiera en el cielo.
Perdona nuestras deudas
aunque cobremos en demasía
a nuestros deudores.
No nos dejes caer en la compasión,
y líbranos de la solidaridad.
Porque tú mueves los reinos,
das poder en la economía
y a los hombres ofreces gloria
por los cincos de los cincos...