Quiero darles estas divinas rosas,
Frutos de mi cariño y gran pasión;
Gotas purpúreas del corazón,
Siempre frescas y esplendorosas;
Ramillete de flores olorosas,
Nunca exentas de llanto y decepción,
Que siempre mueven a la reflexión
Del diario acontecer de nuestras cosas;
Yo las corto y entrego muy sincero
Con el honesto anhelo de servir;
Las expongo en paupérrimo florero
Porque se enfocan al diario existir,
Y que de algo les sirvan, siempre espero,
Para que bien podamos convivir…