Hay que escuchar con los ojos
Ver con la piel
Y sentir con los oídos
Yo, ya no recuerdo, cuando escribí estos mis sentimientos, pero si recuerdo, que entonces era una mariposa.
Tximeleta me había puesto de nombre.
Ayer al terminar de leer un libro me encontré con que su autora, en la voz del protagonista manda enviar a sus hijos estas mismas palabras;
Diles, que escuchen con los ojos, que vean con la piel y que sientan con los oídos.
Seguro que es una casualidad del destino, y me conmovío mucho, que alguien hubiese pensado exactamente lo mismo que yo.