El desamor duele, ¿quién no lo sabrá?
Duele quedarse cuando el otro se va.
¿Por qué no soy especial? O por lo menos, suficiente.
Yo sólo quiero estar a la altura de lo que quieres.
Pero, ¿qué es lo que quieres?
Mis lágrimas caen con sólo pensar
que es a otra mujer a quién realmente amás.
No me bastan otras personas y a nadie quiero lastimar.
Pero tampoco voy a esperarte por toda la eternidad.
Cielo mío, es cierto, aún te espero.
A veces pienso que te supero.
Pero, ¿a quién engaño?
Vuelven los recuerdos, suaves como veleros.
Decido ir a dormir porque con suerte te sueño
y en algunos de ellos incluso te tengo.
Te tengo conmigo aunque sea un momento,
un engaño divino que sirve de consuelo.