alejandro fozar

LXIII. Sirenas roncas.

 

Sirenas roncas mendigan en los puertos

del alma arrinconada en el olvido,

sobrevuela la vejez y el desconcierto,

quiero su canto de pez en mis oídos!

 

Ya lo saben mis dioses y mis diablos,

que morderse la lengua a lo cobarde

y alimentar el corazón en un establo,

es pirotecnia humedecida que no arde.

 

Vuelan las aves migratorias sobre los mares,

Mientras me refugio en un abrigo falso.

Seguiré errando carambolas en billares

y si veo sus brasas... me descalzo!