El mundo, su mundo se tornó volátil,
ingrávido y gentil.
Como en un abrir y cerrar de ojos.
Un pestañeo de mágico encanto.
Durante un breve instante de tránsito entre pausas,
sintió desprenderse de caras conocidas,
de recuerdos tiempo atrás compartidos.
Desaprendió las palabras y los gestos.
Creció por dentro y se proyectó al infinito.