¡CARICIA DEL ALMA!
Sin haberte poseído
me hiciste gozar los mejores momentos.
Fuiste mía
te fundí con mi ser
hasta obtener el más atrevido deleite.
Déjame que te ame así
de esta manera,
en unión perfecta:
¡La unión de nuestras almas!
Me dí cuenta que estabas hecha a mi medida,
a la medida de mis exigencias:
¡Por eso no permitas que se rompa el hechizo!
Puedo extenderme o encogerme
hasta donde tú lo exijas.
También puedo amarte
por el tiempo que quiera y quieras:
¿Acaso el sol no se ama en unión perfecta con la tierra?
y ésta se deja acariciar por sus rayos:
¡Sin que sea necesario que la toque!
Amémonos así:
dimensionales,
íntegros,
sin sobresaltos,
amémonos en la medida:
¡Que lo permitan nuestras almas!
No es el cuerpo el que ama
es el deseo,
aquel que te invade el ser:
¡El cuerpo es sólo un instrumento!
Para que nada nos separe
déjame amarte así,
de esta manera
en unión perfecta:
¡La unión de nuestras almas!
Si así fuera
te prometo,
te prometo...
¡Que jamás dejaré de amarte!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino