En reflejos de espejismos estábamos,
los gritos nos acechaban,
las peleas nos guiaban
en el arte de perdernos en desamor,
quebrar nuestras almas…
pero nos gustaba hacerlo
porque era por nosotros,
tan fuerte fuimos,
tan de cristal somos,
y en trozos el alma se nos rompió,
como aquel espejo quebrado antes de romperse,
como los cristales que salían de tus ojos
cuando me fui pero el orgullo te hacía fuerte.
A n g e l a C a v a l c a n t i