Y si tu boca calla,
Lo que tus ojos gritan,
Habrás aprendido a engañarte.
Más, no se le miente al pensamiento,
A las horas que pasan llenándose de tí,
Ni al viento que cuenta tu silencio,
Como cuentas sus hojas caer,
No me grites, no me calles....
aquellos ojos verdes,
Sólo lloran por mí.