Índigo

Carta de resignación.

Debo aceptar que no podré entender

cómo funcionan las leyes del universo

porque mis teorías infundadas

se han derrumbado en mi último debate.

 

No sé si estoy haciendo lo correcto

o todo lo contrario,

solo sé que debo rendirme

sin espacio a redención;

debo dejar que la duda gane esta vez

y firmar el papiro de la tregua,

fumar la pipa de la paz conmigo mismo,

porque me cansé de contradecir a la razón.

 

He cedido y mi opinión ha callado;

me voy a navegar sin remos

por este mar de miedos

y así, tal vez, naufrague un día,

en una isla desierta

donde pueda escribir en secreto absoluto

las memorias de un querer sublime 

en la piel de una ola o en las páginas de un recuerdo,

contando, cómo es que la amé,

para que lea la luna una historia

sin principio, sin final.