Cristian Jovani

LA TRAGEDIA

Como cuando se oprimen las carnes:

así sería un dolor, así también la desdicha.

Tendría la mente sepulcrada,

con porqués con pulmones gordos

que me asolarían el vigor en el pecho.

Desierta sería mi soledad sin ti

más, si tu ausencia no callara,

si tu figura dócil bramara en el meollo,

si tus muecas ardieran en la ojiva. 

 

¡Ay! que ardores, y que flechas

¡Ay! que hieles, y que horrores

en el seno mío serían junto a mi mísero aliento

la marcha de tus latidos.

Si dejará de existir tu mano en la mía,

viviría muerto mi yo.