De mis ojos caen lágrimas
como hojas secas de los arboles,
y pensar, que todas las amarguras que mi alma lleva
son por culpa de tus desaires.
Si amarte fue mi pecado,
recordarte será mi condena,
a lo mejor cada vez que llore,
alivie un poco mis penas.
Dicen que la vida
en cualquier momento algo nuevo nos enseña,
pero en mi cabeza hay tantas preguntas
y quiero al menos una respuesta.
¿Si amar da tanta felicidad, por qué existe tanta tristeza;
o es que amar es una locura, que solo nos trae penas?
Penas que en el alma
hieren sin remedio,
no hay doctor en este mundo
que alivie ese sufrimiento.
Si vivierá una eternidad
cargaría conmigo la condena,
ya que queriéndote olvidar
se acrecienta más y más este amor que fluye en mi,
como la sangre en las venas.