A un lado del camino
se encontraba una señora
que esperaba muy ansiosa
la llegada de la aurora
contemplaba con empeño
el rocío mañanero
el cual mojaba su ropa
como único compañero
una amistad muy extraña
se entabló en ese momento
entre ella y el camino
el cual estaba contento
su alegría era evidente
lo demostraban as aves
que cantaban muy amenas
como ya bien se sabe
la emocion es contagiosa
para los que se acercan
pajaritos muy diversos
los cuales llegan y cantan
la señora se retira
después de un largo rato
se despide muy contenta
después de un momento grato
El profe