CAMPANA
De la pausada campana, los ecos cantan,
refrescante la vida en su nacer
y respiro a su aire que le abraza;
ya dulce la muerte es un último escalón
en saber si llueve con las gotas escondidas
en alegría o pavesas que guarda en viejos arcones.
Y la vida pasa sin darnos cuenta. La yerba fresca
apacigua el olvido de los silencios enclaustrados
a la vista de los horizontes que la enmarca, a veces como
halagos al viento y el mar, otras, en sueños de esperanza.
La pausada campana anuncia cosas impensadas
arropada en neblinas de montaña, los versos de un poeta
agazapado bajo la sombra de un sabio árbol,
la enfermedad no culpada que aparece de la nada.
Tantas, tantas veces se toca a la puerta, tantas,
tantas veces, al eco de una pausada campana.
Jorge Mariano Camacho Sarmiento
Pamplona, Colombia.
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