Se hicieron a la mar mis pensamientos yendo tras la razón que zarpó en la nave donde viaja, furtiva, la tristeza queriendo conquistarla… sembrándole dudas en el alma.
Ellos van artillados, se notan muy decididos a excluir el fantasma que contagia las almas con sus pesadumbres del lado de su motivo.
Van y llevan consigo los cañones del cielo cargados con misiles de alegría para echar la tristeza al fondo de los mares y también miles de serafines, tocando sus clarines, a festejar con su causa.
¡Que bien! Cuánto me alegra que me hayan dejado solo y raudos acudan a salvar a su razón, a rescatarla del mal poniendo fin a la confusión con la verdad de mi corazón…el que palpita sólo por ella.
PABEDIZ