Ostentas el puesto de mis más tristes sufrimientos,
caricia soñada, besos de mi desierto eterno,
incendio de amor, dime tú, ¿por qué me estás matando?,
¿acaso seré tan miserable? Soy solo humano
Repartiste en mi alma: pena, llanto y esta agonía
atroz que condena mi ser a las lágrimas frías;
tan frío es mi llanto que mi faz se congela, Edith
no creí que tu rechazo me dolería así
A la luz de mi luna oscura las palomas mueren,
toda mi agonía se resume en una palabra:
oscuridad, ya que no hay rayo que alumbrarme puede;
todo el sol se va derritiendo por mi vida helada
Obstinado soy, obstinado por seguir sufriendo
sobre mi alma que se está poco a poco destruyendo
¡Apártame Dios de mi vida muerta sin amor!
¡Inclemente Edith, haz incentivado mi inanición!
Lágrimas conforman la sangre de mi infeliz alma
entre el plasma de mis suspiros que aún no se calman,
crecen más y más; y es esto lo que me está matando
hoy, ayer, mañana, quizás por siempre suspirando
Trataré de no soñar contigo más; eso haré,
imaginaré la luna sin tu rostro de miel,
disfrutaré tu frase, la cual siempre quedará
en mi ser: “No me gustas y tampoco pasará”