El primer día que te vi,
Ni me dio frío, ni me dio calor,
No causaste en mi ninguna impresión.
Luego por trabajo nos fuimos tratando,
Y se me comenzó a despertar por ti un sentimiento extraño.
Como podía ser posible que una mujer,
Totalmente diferente a lo que creía querer,
Se estuviera adueñando de todo mí ser.
Me hiciste comprender que el amor puede surgir de muchas maneras,
De una conversación,
Un gesto sin valor,
Cualquier cosa pequeña.
Ahora me siento afortunado de tenerte,
Pero también me siento egoísta,
Quisiera poder encerrarme dentro de ti sin dejar ninguna pista.
Que nadie más descubra el tesoro que yo encontré,
Que solo Dios pueda separarme de tu ser.
Te amo mucho más que a mí mismo.
Faviro.