Ron Alphonso

A mis amigas de tertulia

A mis amigas de tertulia

 

A mis amigas virtuales pero tan verdaderas,

las que cada mañana, como si me vieran a su lado,

me saludan y preguntan con gran afecto como estoy,

con entrega, con amor infinito, como lo aprendimos.

 

Judith, mi comadrita, tiene una energía especial,

entendemos por vividas las ingratitudes de la vida,

y sabemos sortear  la dificultades que llegan.   

 

Marielos, mi Marilinda, maestra del amor incondicional,

la palabra positiva, una inyección de optimismo total,

siempre vital, alegre, con actitud dispuesta a la felicidad.

 

Silvia, la colocha, fuerte, revolución a sangre y fuego,

huracán para contener, celoso remolino que atrapa,

teme mostrar su ternura, por creerla debilidad.

 

Matty, la bonita, una ternura de mujer, mimada, aferrada,

toma valor de mis charlas y a cambio me devuelve dulzura,

se duele de mis tristezas como si las suyas no existieran.

 

Rosa, mi flaquita loca, despistada, la reina de la diversión…

amorosa, mi polo a tierra, el motivo de todas mis sonrisas,

sería capaz de lanzarse en paracaídas, para hacerme feliz.

 

Xilvia, mi hija del alma, comunión de espíritus, identidad total,

es pequeña de edad, pero grande en talento y solidaridad.

Me ha enseñado tolerancia y dar segundas oportunidades.

 

Trizia, Rouss, La Negrita, Vero, Stella, Sonia Alexandra, Lucre y Angelita...

distintas pero tan hermosas, sensibles y seres humanos especiales.

Todos tenemos problemas, tristezas, amarguras, ingratitudes,

pero con estas mujeres, que fácil sería sobrevivir a un tsunami.

 

El grupo del club es más grande y todos conforman ese tesoro, 

que se requiere para ir por el mundo de las letras de manera cuerda,

motivo de inspiración y de sobrecarga de energía positiva diaria,

mi compromiso por ustedes se volvió eterno, seguiremos el viaje.

 

Ron Alphonso

26 de junio de 2018