He visto tanta miseria disimulada
de hombres, mujeres y niños
que sonríen ocultando su dolor
y duermen con la angustia a su lado
sin saber que le deparará el destino.
He visto la miseria en su mayor disimulo
en los barrios encumbrados
de gentes que perdieron su fortuna
y no lo quieren aparentar.
Les interesa más el que dirán.
He visto el hambre caminar
por los pasillos de los mercados
buscando algo que llevar a la casa.
Una sola moneda no les alcanza
para alimentar a los suyos.
He visto el hambre caminando
como zombis vivientes
por las calles de mi ciudad
buscando entre los desechos
del vertedero algo que comer.
He visto el hambre en ancianos
y enfermos de demencia
sufriendo el abandono
y muriendo lentamente
en las calles de las ciudades.
He visto la miseria desmedida
en casa de cartón
cerca a un cerro de basura,
rodeados de roedores.
y moscas a montones
He visto la miseria
en los pasillos de los hospitales
pidiendo una limosna
para comprar medicamentos
que le recetaron días atrás.
He visto la miseria humana
de pacientes que están solos
en los días de visita al hospital
y que nadie se acuerda de ellos.
He visto la miseria en los días de visita
a los penales de mi región,
amontonados en pabellones malolientes
donde se muere mas rápido
que en las calles de la ciudad.
He sentido un golpe en la pierna
de algún mendigo pidiendo algo para comer
y de niños vendiendo golosinas
en alguna de las calles y avenidas
de esta fría ciudad.
He visto la miseria en los
pueblos alejados donde no hay
luz ni agua, ni servicios básicos
de salud y educación
y donde no cuentan las estadísticas.
He visto a los políticos
solicitando los votos
en la miseria humana
y servirse de ellos
para obtener un puesto.
He visto la pobreza y la miseria
en su mayor dimensión
en este país donde los políticos
solo se preocupan de construir
pistas y represas.
He visto tanta miseria
que la lista la tengo que cortar
por ser tan largo
el abandono social
que solo Dios sabe cuando acabará.
Antonio Encinas Carranza
D. R.