Príncipe de la alucinación,
del terror y de la muerte.
Campanero de la temeridad,
del opio y del alcohol:
Ya nadie quiere remover la tierra
donde yacen tus sueños,
repletos todos de sagrado horror.
Sólo quedan tus versos,
como una cuchillada
rondando en la oscuridad,
como duendes perdidos en la sombra
cantando su delirium tremens.