Para pasar un poco el frío
entro al bár de la esquina,
me pido un café bien caliente,
el cantinero no dice nada,
solo lo trae y dice, ójala
no traiga problemas al igual
que todos los parroquianos
aquí presentes, unos que lo dejo la mujer,
otro que si no dejas las copas
tendrá su maleta lista para cuando regreses,
a otro que para jugar a las cartas y para
beber tienes, y para la casa no te alcanza.
Problemas y problemas y yo escucho y escucho,
en mi cabeza tengo un libro así de grande
con tanto problemas que traen cada día los paisanos,
yo les escucho sus llantos, sus quejas, cada palabra
que sale desde adentro de su alma,
les miro, no digo nada, mi boca esta cerrada
en ese momento no tengo lengua,
no hay palabras, no hay mas nada.
Estoy cansado de tantas quejas,
pero debo aguantar, es mi negocio,
de eso se trata todo esto,
en este negocio hay que soportar
a cada borracho mientras se tiran una copa,
con cada palabra que salen de sus bocas
se van formando coplas y coplas
van saliendo hermosas poesías
cuantos versos y poemas
se pueden ver escritos en los muros de mi local
para que sean leídos y llorados por los paisanos
que vienen por una copa y se encuentran con los escritos
que llegan al alma, que llegan al corazón.
No te miento mi amigo,
también e llorado en mi cuarto
cuando estoy solo,
cuando estoy con una copa de vino en la mano
bebiendo sin descanso,
yo los entiendo mi amigo,
porque e pasado por ello,
aunque adolorido me encuentro, y sigo en lo mismo,
me ahogaré moriré junto a mi botella.