Alejandro Tapia

La verdad a sangre fría

La verdad a sangre fría:

No me quiero ni un poquito pues a humo y alcohol ahogo el destajo del ser que antaño era yo, y hoy no es nada. Nada como la mirada de la persona amada cuando se va, o como la caricia impía que es mentira.

Ahora soy más caricatura que retrato.

La autocrítica no funciona en mí pues es crítica mi condición mental, no es una enfermedad es dislocación cognitiva.

No hay prerrogativa un borderline soy y sí, al borde de la línea me siento mejor. Si no escucho voces es porque aún reconozco que es mi propia voz y qué solo me encuentro en el espacio obscuro en que se ha convertido el sin sentido de mi ser.

Y lo que me apetece es desaparecer, seguir cayendo  no saber más de mí y dejar de ser.