Patricia Lozano
Ojalá un día despierte.
Ojalá un día despierte, que no le incumba salir a buscarla,
porque se merece al menos poca prudencia.
Se merece también un poco de inspiración, para predicarla,
y un puñado de coherencia,
para conservarla,
intacta, en evidencia,
en la mañana, sólo revivirla.