Me conocí en un sueño.
Encontré una salida: La muerte.
Rotas las luces me dicen;
encuentra el cristal del mar,
bébelo, rasga tus entrañas
con el jugo de la muerte.
Me vi feliz en ese mundo onírico,
rodeado de Eros, dorados y negros.
Dioses destrozados, incoloros,
veían mis formas supremas
con su mirada ahogada en la lágrima
de mi verdadero “YO”.
Camino en el presente
directo a ese precioso mar,
me esperan delirantes
sus olas de amor y muerte
con la esperanza de conocer
lo que en verdad soy.