En estos días tan callados he logrado reír y disfrutar de recuerdo de tu sonrisa,
Y llorar cual niño con la falta de tus caricias, esas que regalan vida a mi cuerpo muerto.
He sentido también como tu rostro ataca mis sueños, enseñándome que me haces falta,
Que sin ti tengo miedo cuando el viento canta, tengo miedo de esta noche que no acaba
De la luna que se ha vuelto callada y obscura y del círculo incesante que se ha vuelto la vida
Ya no quiero, no, ya no puedo pasar otra noche en mi cuarto, enredado entre sabanas
Llorando en silencio, evitando que me vean en la sala de los condenados a llorar como yo y los gatos
En donde escucho las historias de amor entre la luna y mi corazón, que guardado en el armario,
Late al ritmo de tu voz, muriendo lentamente pidiendo paz, pero ya no hay paz, no puede descansar.
En esta vida mía absurda, llena de penas, veo tu rostro en los húmedos pétalos de una rosa
Rostro de mujer hermosa, callada, rostro apagado el mío, ojos míos sin luz, sin ti, mujer amada